Mantener un estado de "consciencia consciente".
La tendencia cuando nos sucede algo malo, como la muerte de un ser querido, es separarnos de nuestro ser físico, emocional y social. Para "insensibilizarnos y permanecer así", pero este esfuerzo por separarnos de lo que está sucediendo no siempre es lo mejor para nosotros. En cambio, debe buscar ser "consciente": mantener su conciencia en el momento presente (no en el pasado, y ciertamente no en el futuro); todo el tiempo reconociendo (y aceptando) sus sentimientos, pensamientos y reacciones corporales a su pérdida. Solo entonces podrás, en palabras de la Oración de la serenidad de Reinhold Niebuhr, aceptar las cosas que no se pueden cambiar, tener el coraje de cambiar las cosas que se pueden (y deben) cambiar, y la sabiduría para distinguir unas de otras. Ciertamente, no puedes cambiar el hecho de que tu ser querido haya muerto; pero puede cambiar (al menos hasta cierto punto) la forma en que reacciona ante la pérdida, y eso requiere un cierto sentido de autoconciencia consciente.